Algo está cambiando (y seguro lo estás sintiendo)
Durante mucho tiempo creímos que enseñar era sinónimo de dar clases.
Cumplir horarios. Preparar contenidos. Corregir. Sostener. Acompañar.
Y aunque eso no está mal, algo se empieza a mover adentro cuando te das cuenta de que eso ya no alcanza.
No para vos.
No para lo que querés crear.
Quizás empezás a notar que lo que hacés tiene una lógica.
Que lo que aprendiste lo podrías enseñar.
Que tus colegas te consultan. Te siguen. Te escuchan.
Y que hay una parte de vos que quiere algo más.
Más impacto.
Más claridad.
Más voz.
No es casualidad.
Ese pequeño desajuste, ese “estoy bien pero quiero algo diferente”, no es duda.
Es crecimiento.
Y cuando eso pasa, ya no podés quedarte en el mismo rol.
Estás empezando a cruzar de lugar
Ya no sos solo la que ejecuta.
Sos la que estructura, acompaña y guía.
No te diste cuenta, pero lo que sabés... ya tiene forma de método.
Lo que viviste... ya tiene valor para otros.
Lo que recorriste... puede inspirar.
Esto no es para cualquiera.
Pero si lo sentís —aunque sea un poco—, entonces no es casualidad que estés leyendo esto.
Muy pronto, vas a tener un primer paso
No una clase.
No una teoría.
Un paso real.
Para ver con claridad si ya estás lista para ocupar el nuevo rol que viene creciendo en vos.
Si querés ser la primera en recibirlo, quedate cerca.
Porque lo que se viene… no se parece a nada que hayas hecho antes.